3 de diciembre de 2011

La peligrosa mente Disney

Escrito por Santiago Santini. Argentina.

EEUU se viene por Irán. Ya está ajustando el cerco. La última campaña de legitimación así lo demuestra. Ya mataron a Hussein y a Khadafi.

Se puede suponer que luego vendrán por América Latina, otro continente rico en recursos y que ambicionan los norteamericanos. Agua, plutonio, tierras fértiles, oro y plata.

Por esto es importante y necesario la acción de los bloggeros (el quinto poder después del ejecutivo, el legislativo, el judicial y la prensa) para contrarrestar el peso informativo distorsivo de los principales medios del mundo en su campaña por estigmatizar a nuestros líderes latinoamericanos. ¿Cómo pueden decir dichos medios, por ejemplo, que en el pueblo argentino hay apatía por los políticos cuando la gestión que lleva 8 años en el gobierno acaba de obtener más del 50% de los votos en una de las elecciones con mayor porcentaje de participación y con estado como la CABA donde los ciudadanos ya votaron 3 veces en menos de 5 meses?

Volviendo a los conflictos bélicos (como dijo el expresidente uruguayo Tabaré Vázquez que debería quedarse en silencio si quiere mantener el prestigio), el cerebro del ciudadano medio norteamericano tiene una capacidad de discernir que podemos llamar “la mente Disney”. Acostumbrado a que el dinero que obtiene trabajando lo gaste pagando impuestos para alimentar a una gigante industria militar, el ciudadano shankee apoya las intevenciones militares de su gobierno en terceros países independientes. El principio fundante de la patria norteamericana es “ser el pueblo elegido que debe guiar al resto de los pueblos del mundo”. Mística que viene de los profetas del Mayflower.

Entonces, el ciudadano del país del norte, con su mente Disney, legitima la intervención norteamericana (eufemismo de invasión imperial) en países gobernados por líderes autoritarios cuyos pobladores odian. Y, cuando estos pueblos son “liberados” entregan sus recursos al ejército que los liberó. Recordemos el formato de las historietas de Disney y entenderemos la mente del ciudadano shankee.

Siguiendo el análisis que 40 años atrás hicieron Mattelart y Dorfman de las historietas de Disney en el marco de la Teoría Crítica, podemos entender, por ejemplo, la legitimación que encuentra hoy en la población de los países centrales (y en varios del tercer mundo) la invasión de la OTAN (Europa + EEUU) a Libia, para saquear sus recursos naturales (petróleo, gas). Esto lo podemos extender a los demás países del mundo panislámico que sufrieron este tipo de invasiones unilaterales encubiertas en “guerras de liberación” en los últimos años, sobretodo en la pasada década (Afganistán, 2001 – 2003; Irak, 2003)

Si hacemos un paralelo entre las características y vicisitudes de los personajes en las historietas de Disney, que nos describen estos autores, y leemos lo que los medios nos han venido diciendo sobre estos países, sus poblaciones y líderes, y la cronología de los hechos que desencadenaron su destitución, encontraremos una similitud sorprendente.

Partamos de la aclaración que hacen Mattelart y Dorfman cuando dicen que Disney humaniza animales para recrear sus historietas para evitar las barreras de defensas psíquicas del receptor (niño o adulto) apelando a la ternura y la inocencia. Dicen los autores “en esto reside el hecho de que su mundo esté poblado de animales. A través de esto la naturaleza invade todo, coloniza el conjunto de las relaciones sociales animalizándolas y pintándolas (manchándolas) de inocencia. El niño tiende, de hecho, a identificarse con la juguetona bestialidad de los animales” (página 27)

Entrando ya en el análisis empírico de Mattelart y dorfman, podemos leer que “Sobre la totalidad de cien revistas que constituían nuestro material de estudio, el 47% de las páginas estaba dedicado a historietas donde los protagonistas debían enfrentar seres de otros continentes o razas. Si se agregaran las historietas que juegan con la ficción extraterrestre, se superaría ampliamente el 50%. Esta muestra cubre todos los rincones, tierras, mares e islas del globo. Ilustremos ante todo nuestra América: Inea-Blinca (¿Perú?) (TB. 104), Los Andes (Perú) (D. 457), Ecuador (D. 434), Azteclano, Azatlán y Ixtikl del Sur (Méjico, D. 432, 455, TB. 107), una isla de Méjico (D. 451), Brasil (F. 155), Altiplano chileno y boliviano (incluso se habla de Antofagasta) (TB. 106), Caribe (TB. 87). América del Norte: indios de EE. UU. (D. 430, TB 62), salvajes del Gran Cañón (D. 437), indios de Canadá (D. 379 y TR. 117), esquimales del Ártico (TR. 110), indios de la antigua California (D. 357). África: Egipto (D. 422, donde se llama Esfingelandia, y TR. 109), algún rincón del continente negro (D. 431, D. 382, D. 364, F. 170, F. 106). Oriente: países árabes, uno con el extraño nombre de Aridia, uno denominado el archipiélago de Frigi-Frigi, los otros tres sin nombre (TR. 111 y 123, dos episodios, D. 453, F. 155), Lejanostán (D. 455, ¿Hong Kong?), Franistán, una mezcla rara de Afganistán y Tibet (TR. 117), Lejana Congolia (¿Mongolia?) (D. 433), Inestablestán (Vietnam o Camboya) (TR. 99). Oceanía: islas habitadas por salvajes (D. 376, F. 68, TR. 106, D. 377), islas deshabitadas (D. 439, D. 210, TB. 99, TR. 119), a las cuales cabría agregar la multitud de islas a donde llegan Mickey y Tribilín, pero que por carecer de interés eliminamos de la muestra.” [...] “En estos mundos, lejanos de la metrópoli Patolandia (¿USAlandia?), pistas de casual aterrizaje de las aventuras de nuestros héroes, ávidos de tesoros y deseosos de fracturar su aburrimiento cotidiano con una sana y pura entretención, esperan habitantes de características poco comunes.”

Hasta aquí vemos que las aventuras de los personajes de Disney se desarrollan en países exóticos (para los habitantes de EEUU), con sorprendentes nombres similares o asociados a los de nuestros países.

Pero la propaganda pro-yankee no termina ahí. Los inocentes personajes de las historietas llegan a países habitados por primitivos o salvajes o simples habitantes cuyas características nos recuerdan a nosotros o nuestros vecinos tercermundistas. Estos paíse habitualmente están gobernados por tiranos que someten a la población. Sus habitantes les piden a nuestros héroes que los ayuden a liberarse del tirano, mientras descubren que ese país (no sus habitantes) es rico en algún mineral (oro, petróleo, plata, etc.) y que el líder esclaviza a la población para extraerlo. Obviamente, los protagonistas (Donald con su uniforme de marine) ayudan a la revolución, destituyen y capturan al líder. A modo de agradecimiento, los habitantes (ignorantes que no conocen el valor del mineral que poseen), entregan sus riquezas a nuestros dulces amigos de Patolandia. Y hay fiestas en las calles mientras los “visitantes” se llevan el mineral.

En el sitio Expansión.com, podemos ver un ejemplo de cómo los habitantes de países tercermundistas somos un obstáculo para el desarrollo de los centrales. En la bajada de la nota “Cuando los talibanes tomaron Kabul”, podemos leer que”Afganistán [...] Ha sido castigado por las guerras debido a su posición privilegiada en un territorio necesario para Occidente en términos políticos y energéticos“. Nuestro destino está marcado.

Mattelart y Dorfman realizan una exhaustiva caracterización de los países visitados por los personajes de Disney y sus habitantes del cual publicamos un extracto:

“1. IDENTIDAD. Primitivos. Dos especies: una puramente bárbara (edad de piedra),
generalmente África, Polinesia, algunos rincones perdidos de Brasil, Ecuador o EE. UU.; la otra, mucho más evolucionada pero en vías de extinción si no de degeneración, y que alguna vez cobijó una civilización antigua con muchos monumentos y comidas específicas. Sin embargo, ninguna de las dos especies ha incursionado en la era tecnológica.
2. RESIDENCIA. El primer grupo no tiene ciudades. A veces logra levantar cabañas. El
segundo tiene ciudades, en ruinas o inservibles. Se sugiere llevar cámara fotográfica, porque todo, absolutamente todo, es folklórico y exótico.
3. RAZA. Todas menos la blanca. Es menester comprar Kodakchrom porque existen
todos los tonos: desde el negro más, oscuro hasta el amarillo, pasando por el café crema, el ocre y un cierto ligero matiz de naranja para los pieles rojas.
4. TALLA. Debe llevar una escalera o un microscopio. Generalmente son enormes,
gigantescos, brutos, macizos, pura materia prima, pura músculo, Die/vez en cuando, en
cambio, se encuentran pigmeos. Por favor, no pisarlos. Son inofensivos.
5. VESTIMENTA. En pañales, a menos que se vistan como su más lejano antepasado de
sangre real. Nuestro amigo Disney, que hablaba del “Desierto Viviente”, sin duda que aquí habría acuñado la feliz frase: Museo Viviente.
6. COSTUMBRES SEXUALES. Por extraño azar, en estas tierras sólo hay hombres. No
se pudo hallar rastro de mujer. Aun en Polinesia, el famoso baile tamuré es desempeñado por el sexo fuerte. No se entiende todavía muy bien cómo se reproducen éstos salvajes. Sin embargo, en nuestra próxima edición, les informaremos, ya que el Fondo Monetario Internacional está financiando una investigación sobre la explosión demográfica y quieren saber cuál es la tan eficaz fórmula contraceptiva. En Franestán se localizó una princesa cuya cara no se ha podido ver, porque los hombres no pueden acercarse a ella.
7. CUALIDADES MORALES. Son como niños. Afables, despreocupados, ingenuos,
alegres, confiados, felices. Les dan pataletas de rabia cuando son contrariados. Pero es muy fácil aplacarlos y hasta diríase engañarlos. El turista cauto llevará algunas baratijas y seguramente podrá traer más de, alguna joya nativa. Extraordinariamente receptivos: aceptan cualquier dádiva, sean artefactos traídos desde la civilización, sea dinero a, en último término, reciben sus propios tesoros, siempre que sea bajo la forma de un regalo. Son desinteresados y además generosos. Los misioneros que están hastiados de los delincuentes juveniles, podrán solazarse con estos cristianos primitivos nunca evangelizados. Y sin embargo son capaces de entregarlo todo. TODO, TODO. Así, son una fuente permanente de riquezas y tesoros que a ellos para nada les sirven. Son supersticiosos e imaginativos. Por sobre todo, podríamos calificarlos, sin ponernos eruditos, como el típico buen salvaje de que hablan Cristóbal Colón, Jean-Jacques Rousseau, Marco Polo, Richard Nixon, William Shakespeare y la Reina Victoria.
8. ENTRETENCIONES. Este primitivo canta, baila, y a veces, por divertirse, hace
revoluciones. Tiende a utilizar cualquier artefacto que usted lleve como un juguete (teléfonos, pelucas, cañones).
9. IDIOMA. NO necesita intérprete o diccionario bilingüe. Casi todos hablan patolandés
fluidamente. Pero no se preocupe: si usted tiene un hijito, puede entenderse con los demás sin dificultad, puesto que hablan el mismo lenguaje que niños de muy corta edad, con preferencia por las guturales.
10. BASE ECONÓMICA. Economía de subsistencia. Pastoreo, pesca, recolección de
frutas. A veces, vendedores. En una que otra ocasión fabrican objetos turísticos: no los
compre; puede conseguir eso mismo, y más, gratis, mediante algún truco. Demuestran un extraordinario apego a la tierra, lo que les hace más naturales aún. Hay abundancia. No necesitan producir. Son consumidores modelos. Tal vez su felicidad se deba a que no trabajan.
11. ESTRUCTURA POLÍTICA. El turista se va a encontrar muy a gusto, ya que los
paleolíticos viven una democracia natural. Todos son iguales, menos el rey que es más igual que los demás. Esto significa que son innecesarias las libertades cívicas: el poder ejecutivo, legislativo y judicial se entrecruzan. Tampoco es necesario votar o expresarse por medio de la prensa. Comparten todo, como en un club Disneylandia, si se nos concede la comparación: y en realidad el rey no tiene autoridad ni derechos, fuera de su título, tal como un general de un club Disneylandia, si se nos concede otra comparación. Es lo que los diferencia del segundo grupo, de las culturas antiguas degeneradas, dónde el rey tiene poder ilimitado, pero también debe vivir un constante derrocamiento. Sin embargo, padecen de una afección un tanto curiosa: siempre desean restaurar a su rey.
12. RELIGIÓN. No tienen, porque habitan un paraíso perdido, un verdadero jardín del
Edén antes de la expulsión de Adán.
13. EMBLEMA NACIONAL. El molusco, de la familia de los invertebrados.
14. COLOR NACIONAL. El blanco inmaculado.
15. ANIMAL NACIONAL. La oveja, siempre que no sea descarriada o negra.
16. VIRTUDES MÁGICAS. Este acápite es acaso el más importante y el más difícil de
explicar para quien no ha padecido la gloriosa experiencia, pero es la base del buen salvaje y la razón por la cual se le frecuenta tan asiduamente. Se explica también por qué se ha preferido dejarlo en un estado relativamente atrasado y sin las contradicciones de la sociedad contemporánea. Al estar en tan estrecha comunión con la naturaleza física, ésta le presta sus cualidades morales, su bondad, y el salvaje se convierte en esencia ética que irradia pureza.
Sin saberlo, constituye una fuente de permanente santidad, siempre renovable y renovada. Tal como existen reservas de indios y de bosques, no debe extrañarnos que haya también reservas de moralidad y de inocencia. Sin alterar el mundo tecnológico, ellos lograrán, por quién sabe qué recónditas rutas, salvar la humanidad. Son la redención.
17. RITOS FÚNEBRES. Nunca mueren”

El interés de EEUU por los recursos energéticos y minerales es vital para el país del norte. Como leemos en el blog “lo hicimos a posta“, “La función y misión principal del nuevo mando militar USA para el continente africano, es la de vigilar y controlar las fuentes energéticas africanas, así como sus sistemas de distribución mundial (oleoductos, buques petroleros, y rutas). [...] Esta misión principal de las tropas imperiales fue enunciada en un principio, por el presidente Jimmy Carter en enero de 1980, cuando describió al caudal petrolero del Golfo Pérsico y de África como un “interés vital” para los EE.UU. Carter, elegido luego Premio Nobel de la “Paz”, afirmó que EE.UU. debería emplear “cualquier medio que fuese necesario, incluyendo la fuerza militar” para enfrentar y neutralizar cualquier intento por parte de un poder “hostil” para bloquear esos recursos estratégicos.”

Continua el blog que ”Libia [...] es el cuarto productor de petróleo en Africa, después de Nigeria, Argelia y Angola, con cerca de 1,8 millones de barriles diarios y posee unas reservas evaluadas en 42.000 millones de barriles. [...] Libia también quiere desarrollar su producción de gas natural, sector en el que tiene reservas estimadas en 1,540 billones de m3, según la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP). Este dato es clave para entender el golpe interno que la CIA lanzó en Libia montada en la fachada de las “revueltas árabes” contra “regímenes dictatoriales de Africa y Medio Oriente.”

Cuando Kadafi tomó el poder en 1969, la mayoría de las compañías que extraían petróleo eran norteamericanas. Inmediatamente, el primitivo líder nacionalizó el petróleo, “le quitó la hegemonía de extracción y comercialización a las pulpos norteamericanos y creó la Compañía Nacional del Petróleo (NOC)” (lohicimosaposta)

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