1 de febrero de 2011

Soluciones Espirituales

Por Hernán Rodríguez | Director General de HR-Works - Consultoría de Marketing y Tecnología | Buenos Aires, Argentina

Conflictos de Base
Tenemos una sociedad cada vez más presionada y asfixiada por las estructuras que nosotros mismos estamos construyendo. Seamos conscientes, o no, de la situación que nos rodea, diariamente nuestros niveles de cansancio, estrés y ansiedad aumentan al ritmo del tráfico de las autopistas. Esto sucede a todos por igual; empresarios, emprendedores, personal jerárquico de compañías globales, empleados ubicados en la base de la pirámide organizacional, y quien sea que forme parte activa de nuestro planeta tierra.
Las crisis de angustia, y ataques de pánico, se extienden globalmente como una víbora invisible hambrienta de conflictos humanos. Es tiempo de que reflexionemos profundamente hacia donde nos estamos dirigiendo, y no digo que nos pongamos a filosofar acerca de lo que debe hacer nuestro prójimo, sino ahondar en lo que tenemos que trabajar nosotros mismos para empezar a construir un planeta más sustentable.
Si no cambiamos la estructura de base, es muy difícil mejorar lo que resulta más evidente: millones de personas atravesando profundos conflictos personales, bajos niveles de productividad empresarial, altos niveles de rotación y ausentismo, y muchos otros índices de salud ocupacional preocupantes que podríamos encontrar en cualquier publicación especializada.

Conocimiento en Red
La inserción tecnológica global, cada vez más intensa, y el desarrollo de las redes sociales, hacen que la información, y el conocimiento, fluyan a ritmos acelerados. La innovación ya no consiste en crear nuevos productos, o servicios, sino en profundizar creativamente en lo que cada cliente puede necesitar en este preciso instante, es decir, estar presentes en su inconsciente y adelantarnos a lo que nos pediría, si acaso lo necesitara.
La cuestión es ¿cómo podemos pensar creativamente en el cliente cuando arreglar nuestros problemas personales, y de grupo, nos lleva la mayor parte de la energía?
Los sistemas complejos de computación, cada vez son más simples en su pantalla de usuario. Están disponibles todo el tiempo para que nuestro negocio se mantenga operando todos los días del año. Contar con organizaciones y sistemas inteligentes no es una traba para estas épocas.
En vista de lo mencionado, podemos animarnos a decir que los paradigmas han cambiado en este nuevo siglo, el secreto del mundo de negocios actual es la Inteligencia Espiritual, aquella que nuestro colega Pablo Dorrego (CEO de la Escuela de Alta Gerencia), en la entrega de Diciembre, se ha tomado el esfuerzo por definir muy bien el concepto.
Para ser inteligentes de espíritu, tenemos que descubrir el Arte de Vivir, que podríamos definirlo como “el arte de situarnos en el presente a cada paso que damos”, esto significa mantener
nuestra mente concentrada en el “ahora”, porque “acá y ahora” es donde sucede lo que trasciende, lo que verdaderamente importa.

Soluciones Espirituales
Llegados a este punto, nos encontramos frente a un abismo, pues probablemente no tengamos idea sobre que tenemos que hacer para lograr detener el frenético mecanismo mental que nos mantiene oscilando en una cuerda floja, sabemos que tenemos que cumplir el objetivo (llegar al final de la cuerda), sin embargo, mientras tenemos que concentrarnos en mantener el equilibrio y dar de a un paso por vez, pretendemos mirar los pájaros que vuelan a los costados, echar un vistazo detrás por si alguien nos mira la cola y quejarnos de todo el esfuerzo que tenemos que hacer para llegar a la meta. Así es como la vida transcurre, vivimos en un desorden mental absortos por lo que a nuestro alrededor se manifiesta, sin advertir la fuente que genera esa realidad en el mundo externo, es decir, nosotros mismos.
Lo que vemos afuera, es un reflejo de nuestro mundo interior, donde se oculta nuestra real esencia. Así como decimos que las empresas caóticas son el resultado del componente humano. Nuestros conflictos personales y profesionales son, en realidad, resultado de nuestro mundo interior en estado de ebullición, y utilizo ese término porque podríamos imaginar ese mundo interior como una cacerola tapada llena de aceite hirviendo, a punto de explotar, saturada de todo tipo de sensaciones, emociones, enojos, celos, ansiedad y angustia.
Culturas muy antiguas pueden enseñarnos a disminuir los niveles de stress a nivel personal y profesional, generando impactos positivos en todo tipo de organizaciones.
En este artículo, simplemente deseo remarcar lo que nos está sucediendo, en todos los niveles de la sociedad, y aportar algunos elementos prácticos (reír y jugar), sin profundizar más, por ahora, con el fin de generar conciencia e invitar a la acción en lo que refiere a las Soluciones Espirituales.

Caras Largas
El motivo de la “cara de perro” en los ámbitos de trabajo SIEMPRE se debe al ESFUERZO que desarrollan las personas en REMOVER el pasado y PREOCUPARSE anticipadamente por el futuro, en lugar de hacerse cargo del presente, aceptarlo como inevitable, y atravesarlo siendo conscientes de que lo sucedido está podrido (es inútil, no tiene vida) y lo que está por suceder es imprevisible (ni tú, ni el astrólogo podrán asegurarlo), por tanto, lo único que debemos hacer es aprovechar el presente que, por cierto, a cada instante se renueva, como agua de manantial.
Concentrarnos en el presente implica que aceptemos nuestra condición humana, aquella que a veces olvidamos, pensando que somos dioses de un mundo ficticio que nosotros mismos hemos creado para sentirnos más protegidos.
Por más que seas el número uno de tu empresa, no podrás controlar la vida personal de tus empleados, no podrás manipularlos a tu antojo, ni siquiera despidiéndolos puedes controlar lo que
suceda. Enviar cartas de despido no es una solución, sino el inicio de conflictos legales asegurados, hoy en día, pérdidas que son fáciles de contabilizar, pero difíciles de asumir, pues las tapamos bajo la alfombra. Ninguno se hace responsable.

Reír y Jugar
Entonces, los negocios de hoy en día, es evidente, nos exigen soluciones espirituales a los desafíos que se nos presentan como sociedad.
El secreto de un negocio “sobre ruedas” no está oculto en los recursos tecnológicos, ni en las políticas de Investigación y Desarrollo, sino que lo encontramos cuando la mayor cantidad de personas sonríe más seguido y espontáneamente.
La risa es el resultado externo de una experiencia emocional interna positiva. El efecto de la risa en el interior de las personas es muy profundo, hasta diría sagrado, pues produce cantidades inestimables de adrenalina, potenciando el poder creativo, mejora el fluir y rendimiento sanguíneo, influyendo positivamente sobre los órganos internos, y está relacionado con experiencias tan antiguas como el mismo ser humano. ¡Si! ¿O usted cree que los cavernícolas no sabían reír? Seguro que lo han hecho con mucho más frecuencia y más espontáneamente que su secretaria cuando usted le cuenta un chiste, téngalo por seguro.
Cuando sonreímos nuestro sistema respiratorio empieza a funcionar como debería, naturalmente. Las inhalaciones son más profundas, mientras nos reímos, y las exhalaciones también son generalmente más largas, en el momento de recuperación, es así como la oxigenación sana nuestro cuerpo físico y también el estado de nuestra mente, ya que nos sentimos más relajados, serenos y felices. Los instantes en que pareciéramos quedarnos sin aire diría que son sublimes, es imposible ya que un pensamiento comprometa nuestra experiencia, esto incidirá fundamentalmente en el poder de concentración posterior.
La risa más espontánea surge cuando jugamos como si fuéramos niños. Esto significa que si le quitamos peso a las formalidades, nos reímos de ellas, aflojamos las corbatas y jugamos inocentemente a que somos chiquillos cumpliendo un papel de grandes y no-aburridos mayores, es probable que las carcajadas vengan y contagien al contador más obsesivo y el proveedor más amargado.
No estaría mal que hagamos juegos de roles, pero esta vez no para evaluar la capacidad para desenvolverlos, por el contrario, para reírnos inocentemente de los errores al jugarlos. No te preocupes por el tiempo “muerto” como muchas veces lo has pensado, no es un tiempo improductivo relajarse y compartir actividades dentro de la empresa, sobre todo, aquellas que promueven el descanso y el disfrute de los empleados.
Quizas, con lo mencionado anteriormente, empecemos lentamente a solucionar cuestiones que antes las dejábamos pasar.
Quizas, riéndonos, respirando profundamente, aceptando el presente y relajándonos respecto del pasado y futuro, podamos realmente mirarnos hacia dentro y descubrir lo que realmente somos.

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