Escrito por Sebastian Ianantuony | Buyido Consultora. | sebastiani@buyido.com
Para cumplir los requisitos curriculares y recibirme de Lic. en Comercialización necesitaba elegir un producto innovador y diseñar el Plan de Marketing correspondiente.
La alternativa más válida era claramente intentar trabajar para una empresa local con la posibilidad de que, una vez terminado el trabajo de tesina existan posibilidades de ocupar un puesto ya en relación de dependencia con la misma organización.
Por el contrario, mi decisión fue trabajar en algo que los beneficiarios no podrían hacer por sí mismos: cualquier empresa podría contratar el asesoramiento comercial de un idóneo en marketing y yo en aquel momento todavía no lo era. Entonces concentré mis esfuerzos en crear para mi pueblo natal, Mechongué, una concepción de marca-ciudad.
La principal actividad de este pueblo de 1.500 habitantes al sudeste de la Pcia. de Buenos Aires es la agropecuaria y ha sufrido los embates de las últimas tres décadas que no le fueron favorables. La figura del chacarero o minifundista ha pasado a de ser una minoría en la actualidad y los latifundios donde se concentra la tierra son intensivos en el uso de tecnología, por lo que ya no se ocupan tantos puestos laborales y los sueldos no son tan altos como antaño.
A esta crisis económica se le agrega la demográfica, muy propia de los 400 pueblos rurales distribuidos por toda la Argentina que se encuentran en “vías de extinción”, como denominó la organización RESPONDE, dedicada a la recuperación de los mismos. El déficit poblacional se da en el hecho que generalmente los estudiantes que culminan el ciclo educativo secundario, migran hacia otras urbes en busca de continuar con una carrera de grado superior o de un puesto de trabajo que el pueblo no es capaz de absorber.
Observando esta situación me decido a darle forma a la marca-ciudad “Mechongué“ a partir de la idea inicial de Ernesto Ianantuony, mi papá: hacer del “Pago Lindo” un centro agro-turístico que reciba huéspedes de las ciudades cercanas y el turismo receptivo de Mar del Plata, que es el principal del país con 4 millones de visitantes anuales. Muchas casas del pueblo han quedado vacías o semi-ocupadas a partir de que las familias se han ido con sus hijos a otras ciudades o solo ha quedado la familia de orientación habitando en el pueblo un hogar donde sobran las habitaciones. Por lo tanto, esta capacidad de plaza podía ser empleada para recibir a los huéspedes que se decidan a disfrutar de la tranquilidad del pueblo.
El modelo basado en parte en la teoría económica del “Gran impulso” donde todos los alojamientos abrieran en simultáneo para crear una propuesta turística sólida fue no tuvo el impacto buscado, que era buscar crear conciencia sobre estas posibilidades. Por esa razón en este momento se está transitando el camino inverso: ya se ha habilitado el primer hospedaje agro-turístico en un chalet de nuestra familia y, a pesar de haber iniciado hace solo un mes ya se han hospedado varias familias y se están recibiendo muchas consultas para el mes de febrero.
Esta pequeña iniciativa privada llamada “Los Nicolini”, como llamaban de chicos a los tres hermanos Ianantuony Oscar, Juan y mi abuelo ” Lucho”, claramente no tiene aspiraciones de revertir la crisis económica y socio-demográfica por la que atraviesa Mechongué o cualquier otro pueblo rural en su misma situación; pero aporta una nueva perspectiva para crear una economía alternativa a la agropecuaria, favoreciendo el origen paulatino de puestos de trabajo auto-generados, ya sea a partir de aumentar la cantidad de plazas disponibles o creando servicios accesorios como puestos de artesanos, paseos en mateos, visitas a estancias o granjas cercanas, etc. Esto claramente propenderá a incrementar la calidad de vida de sus habitantes.
+info en www.losnicolini.com.ar
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